100 Años de Gloria Institutora 1909-2009

Durante esta semana el Glorioso Nido de Aguilas llegá a su primer Centenario de haber abierto sus puertas a la enseñanza de la juventud Panameña.

Hoy recordamos con mucha orgullo nuestra “Alma Mater” querida, que nos forjó como hombres y mujeres de bien. Cómo dice la estrofa de nuestro himno  “En donde se funden los hombres que han de ser cariátides de bronce de nuestra nación”.

Recordemos la historia de cómo nació el INSTITUTO NACIONAL DE PANAMÁ:

La génesis del Instituto Nacional data de 1907 cuando el entonces Secretario de Instrucción Pública , el señor Melchor Lasso de la Vega, presentó un proyecto de ley en el cual se establecía, en un seria de artículos, la organización de la enseñanza secundaria en la recién instaurada República.  El proyecto en mención obtuvo la aprobación de rigor y  quedó incorporado en la Ley 22 de 1907, que en el artículo No.20 daba creación al Instituto Nacional.

El Instituto Nacional abrió sus puertas a la juventud en medio de grandes expectativas y esperanzas de un mejoramiento de la educación pública el 25 de abril de 1909 con la asistencia del entonces presidente de la República José Domingo de Obaldía. Al momento de iniciar sus labores el Instituto Nacional ocupó un modesto inmueble en uno de los barrios más populosos de la ciudad; aquellas instalaciones fueron provisionales y solo se utilizaron en 1909 y 1910.

En mayo de 1911 se inauguraron los edificios que hoy en día albergan el Nido de Aguilas y en 1971, el 23 de abril, el Edificio Principal fue declarado “Monumento Histórico”. La lucha generacional de la “Gran Familia Institutora” se ha hecho sentir en todas las épocas, los hechos históricos del 9 de enero, la lucha constante por el reconocimiento de la Soberanía y la lucha contra el regimen militar (1968-1990)  son solo algunos ejemplos.

Como egresados del Instituto Nacional no nos queda más que agradecerle por habernos forjado como Panameños y Panameñas pensantes, concientes de su deber ciudadano, y celosos del “verdadero” amor patriótico.

Nunca dejemos que esa llama se apague y hasta la muerte sepamos decir con orgullo:  “TODO POR LA GLORIA INSTITUTORA”.

Giovanni Samaniego

(Parte es un extracto de: “81 Años de Gloria Institutora” escrito en 1990 como parte del Anuario Esfinge 90, que pronto será publicado)